La crudeza de los contenidos del informe de la misión de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, en el cual se acusa al Gobierno de Nicolás Maduro de crímenes de lesa humanidad, añade vigor al frente internacional de presión al líder bolivariano. En las entrañas del Palacio de Miraflores, de momento, reina el silencio con la salvedad del rechazo manifestado por el canciller, Jorge Arreaza.
El propio secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a Maduro “tomarse muy en serio” lo que esta investigación plantea. El subsecretario de Estado para asuntos hemisféricos de Estados Unidos, Michael Kozak, afirmó que “el reporte horroriza”. El Grupo Internacional de Contacto ha declarado que respalda el estudio de la ONU sobre Venezuela. El Gobierno de España, a través de su ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, calificó el contenido como “preocupante”. Y la Organización de los Estados Americanos (OEA) hace propias las conclusiones de la misión de verificación de Naciones Unidas.
|