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Los Cuentos de Encarnación - Nro.80
LA COLA NUESTRA DE CADA DÍA
El año pasado hicimos un concurso de mini cuentos, no sé si recuerdan que el ganador fue un joven cumanés. Pues hoy les traigo otro de la pluma de mi querido Diego Gutiérrez y les adelanto que sigue teniendo el verbo encendido. Disfruten...
La cola nuestra de cada día
Las colas no son un oficio apto para cualquier persona, se requiere de tenacidad, paciencia, perseverancia, ser tan pobre como para no tener a alguien que las haga por uno, pero no tanto como para no tener la desdichada obligación... digo, los ingresos necesarios para hacerlas. Véanme a mí, mientras les relato esto yo mismo me encuentro un una de esas filas infinitas que no parecen tener ni principio ni fin.
A veces ni siquiera sé qué cola estoy haciendo, la cola para comprar pasta, para comprar harina pan, la del aceite de cocina, la del jabón, la del detergente, la de la mayonesa, la de la carne, la del pollo, la de los huevos, la de la leche, la del café con cafeína, la del café descafeinado, y ni me hagan hablar de la del café con leche, solo siento las vibraciones generadas en el suelo como si de los cuatro jinetes del Apocalipsis se tratase, y observo a mi alrededor a cientos y cientos de personas corriendo en una sola dirección. Es en esos momentos uno adquiere vista de águila, piernas de puma y fuerza de Tiranosaurio Rex para encontrar en la cola a la última persona de ésta, para correr tan rápido como se pueda hacia ella y para derribar a cualquier persona "malparía" que se quiera poner primero que uno.
Además de ser larga, la cola en la que estoy avanza un poco y se detiene un largo tiempo, avanza otro poco y se vuelve a detener. Según los rumores van a vender harina pan, pasta, aceite, pollo y leche. Así que no hay fuerza en este mundo que me mueva de aquí. En esta cola se puede hallar todo tipo de personas, se encuentran las que están delante de ti y te dicen que les están guardando el puesto a unos familiares y de repente se te pone por delante hasta la tía política del hermano, del primo, de la madre, del tío, del abuelo de su papá. Están esas personas que, detrás de ti, proclaman una democracia constitucional equitativa en la cola, pero son los primeros en colearse y bolsa en mano se despiden de ti con el mayor cinismo. Está el que lanza cuanto improperio se le ocurre contra el gobierno, el que está apurado porque le están guardando el puesto en 7 colas más y el que al final del día no consigue nada y está más delgado que una supermodelo.
Ahora dicen que además van a vender carne, huevos y papel toilet. No importa que lleve 5 horas esperando, yo de aquí no me muevo. Aunque hay algunas personas que empiezan a debilitarse, que lástima por ellos, los más débiles mueren y sobreviven los mejores adaptados a las condiciones del ambiente. Ellos no pueden competir contra aquellas personas biológicamente preparadas, es decir, aquellas personas que tienen una silla reclinable, un paraguas para sol y lluvia, al señor que vende heladitos y al perrocalentero al lado y que no tienen vida social. Estas son las personas elegidas por una divinidad superior para sobrevivir. Ya me estoy acercando, está doblando la esquina ya la gente empieza a rumorear que hicieron un combito de mayonesa, café, jabón y mantequilla. Yo estoy eufórico. Ya saqué la cuenta, con la leche y la harina pan arreglo las cosas con mi novia, con el café me aseguro un aumento con el jefe, con la mayonesa y la mantequilla saco del coma a la suegrita, con el aceite y la pasta me libro de la deuda con William, con la carne y los huevos el vecino me arregla la lavadora y todavía me queda el pollo y el papel toilet.
Ya estoy a punto se cruzar en la esquina, llevo 7 horas, me tuve que pelear con cinco tipos que se querían colear y dicen que todavía hay cosas. Sin embargo cuando cruzo hacia el otro lado de la esquina veo que la cola comienza con un señor parado en la acera y sin señales de un supermercado cerca. Sigo en la incertidumbre cuando de repente pasa un autobús y se detiene en frente del señor, luego él y otras personas suben y se pone en marcha de nuevo al estar lleno, mientras otras personas se salen de la cola y se alejan tristemente hacia el horizonte. Ahora yo sigo sus pasos al darme cuenta de lo obvio: pasé 7 horas haciendo la cola del autobús.
Nota Deportiva - Nro.98
FINAL INÉDITA EN LA LPB
Transcurrieron las semifinales, con todo y sus críticas por el sistema de clasificación, se llevó de manera sensacional y cada serie fue jugada intensamente. En nuestra edición 96, hablamos de cómo llegaban los equipos y las series más impactantes. Los hechos corroboraron los pronósticos.
Los Guaros, favoritos desde el principio por llegar como el Campeón de América; en esta etapa cumplió y despachó a Toros quienes hicieron un buen trabajo, a pesar de ser unos de los clasificados con record negativo.
La Mejor serie, sin duda alguna. Cocodrilos se enfrentó a Trotamundos, una serie electrizante que se jugó a siete partidos, donde los capitalinos se aferraron al pantano y dominaron mucho en casa, eliminando al Expreso. Muchos dicen que esa serie fue como una final adelantada con más emoción que la propia gran final.
La serie del Oriente – Sur. Marinos, otro favorito recibía a un nuevo rival los Gigantes de Guayana. En una serie pareja los orientales sacaron la casta y avanzaron a la final de conferencia como estaba previsto.
La serie Playera; así la llamaron al quedar en los emparejamientos Bucaneros y Guaiqueríes en relación a las playas de La Guaira y Margarita. Esta no fue tan sorpresa, los de Vargas dieron cuenta de los insulares aun y cuando Guaiqueríes iba favorito; a pesar que fue otro de los equipos clasificados con record negativo.
La final de conferencias si fue un verdadero batacazo. Empezando que los Cocodrilos de Caracas, un siempre aguerrido quinteto, pero que le tocaba bailar con la más fea, si había un favorito era el campeón de América, Guaros de Lara. Los crepusculares fueron barridos en cuatro juegos de manera sorpresiva y los caraqueños se metieron en la final.
Para continuar con los asombros, en la final de la conferencia oriental Bucaneros despachó al 12 veces campeón Marinos de Anzoátegui, que vieron rota su defensa y fue punto determinante para quedar fuera de la final.
La Gran Final 2016 no tiene precedentes, por vez primera los Cocodrilos de Caracas y los Bucaneros de La Guaira se enfrentan en la final y en realidad por los recientes acontecimientos no hay un claro favorito, aspecto que enriquece aún más la serie. Ya los saurios picaron adelante pero Bucaneros no llegó a estas instancias para dejarse vencer tan fácilmente.
Sin duda alguna estaremos presenciando el mejor nivel de baloncesto que se pueda ver todo el año a pesar de la serie entre Cocodrilos y Trotamundos que fue una final adelantada.
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