Viernes | 06/03/2015


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Odisea Tecnológica - Nro.23


IMPERIO ESPÍA

Siempre he sido amante del cine, tanto del cine hollywoodense -que no se puede negar que entretiene y de vez en cuando produce joyas del séptimo arte- como de otros países, tanto comercial como independiente. Por supuesto, ser fanático no significa sabérselas todas. Y por ello, el pasado 22 de febrero recibí una doble sorpresa cuando me senté a ver la ceremonia de premiación de los Oscar: primero, desconocía de la existencia de un documental acerca de Edward Snowden y, segundo, no me imaginé que esta cinta pudiera ganar el premio a mejor documental, por sus implicaciones políticas, por supuesto. Pero lo ganó.

Días después, Venezolana de Televisión transmitiría en su programa TVForo el documental “Citizenfour”. Verlo fue un gran impacto, pues, aunque conocía del caso por todo el revuelo que causó a nivel mundial, ver por lo que pasó y pasa Snowden luego de que decidiera hacer público lo que hace el gobierno de los Estados Unidos, es, cuando menos, espeluznante.

Citizenfour, fue estrenada el 10 de octubre de 2014 en el Festival de Nueva York y nos cuenta el periplo de Edward Snowden, una vez que entró en contacto con Laura Poitras y Glenn Greenwald para hacer pública información sensible que él manejaba sobre programas de seguridad y espionaje de los Estados Unidos.

El “ciudadano cuatro”, que es el apodo que recibió Snowden en las comunicaciones que entabló con el periodista anglosajón y la documentalista, es un administrador de sistemas y consultor tecnológico, que fue empleado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) y luego, bajo contratación de la firma privada de seguridad Booz Allen Hamilton, pasó a ser personal de seguridad informática de la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU (NSA, en inglés).

En mayo de 2013, Snowden, que trabajaba en Hawai, abandona territorio estadounidense y se aloja en un hotel en Hong Kong, donde finalmente se encuentra con Greenwald y Poitras. En el documental no se dice, e investigando en Internet no lo encuentro, pero no se sabe qué motivó a Snowden a revelar esta información, pero lo que surgió causó un revuelo mundial que hizo tambalear diversas relaciones internacionales y bilaterales entre Estados.

Para resumirlo, hizo público el programa estructurado de la NSA de espionaje masivo. Se los voy a resumir en los siguientes puntos:

PRISM: Es un software de vigilancia electrónica. Tiene capacidad para interceptar todo tipo de información de correos electrónicos, vídeos, chat de voz, fotos, direcciones IP, notificaciones de inicio de sesión, transferencia de archivos y detalles sobre perfiles en redes sociales. Según detalla Snowden, en un principio solo está autorizado para vigilar a ciudadanos (estadounidenses) fuera de su territorio, pero también puede vigilar a ciudadanos dentro del territorio que mantengan contacto con otros en el exterior –básicamente, todos,  ¿no?-. Snowden afirma también que grandes empresas informáticas como Microsoft, Apple, Youtube, Yahoo, Dropbox y Google conocían la existencia de este programa y dejaron una “puerta trasera” en sus servidores para que la NSA accediera libremente. Cada una de estas empresas, a su manera, negó esto.

XKeyScore: Es un programa que permite detectar la nacionalidad de extranjeros tras analizar el lenguaje en correos electrónicos interceptados. Snowden asegura que XKeyScore se ha utilizado con especial énfasis en América Latina y resalta a Colombia, México y Venezuela.

Verizon: Snowden revela en sus documentos que la NSA presionó y obligó finalmente a Verizon (gigante estadounidense de las telecomunicaciones), a compartir todo el registro de llamadas e intercambio de datos de sus usuarios en ese país. Luego, más adelante, queda claro que esto lo hace prácticamente con cualquier compañía que por ley está obligada a revelar esta información.

Metadatos: Snowden, además, explica que la idea de interceptar todo tipo de comunicación que pueda establecer un individuo por cualquier vía, permite el levantamiento de metadatos. ¿Qué quiere decir? Que la NSA puede saber qué gustos tiene esa persona, qué lee, qué lugares frecuenta, qué comida come o con quién se relaciona. Pone un ejemplo: “tan sencillo como vincular tu número de teléfono con tu tarjeta de débito, y ya saben dónde has comprado, qué compraste, cuándo estuviste ahí y cuántas veces has estado”.

Las revelaciones de Snowden, a medida que se conocen, adquieren matices orwellianos. Por ejemplo, uno de los escándalos que se desató, es que la NSA “espiaba” (entre comillas, porque Obama aseguró cancelar esto), al menos, los teléfonos personales de 35 mandatarios del mundo. No se revelan todos los nombres, pero uno que salió a relucir fue el de Ángela Merkel, Primer Canciller de Alemania. La dignataria alemana calificó como “inaceptable” este espionaje y exigió explicaciones a Washington. Lo mismo ocurrió con Dilma Rouseff, presidenta de Brasil, quien escaló el caso hasta la ONU y pidió se discutiera sobre la seguridad mundial, la privacidad y el respeto a los tratados internacionales.

Las filtraciones del Citizenfour, además, expusieron a James Clapper, director de Inteligencia Nacional de EEUU, quien dijo en una interpelación ante el Congreso, y bajo juramento, que “la NSA no registraba a sabiendas ningún tipo de datos sobre millones de estadounidenses”.

Lo que describe Snowden es realmente alarmante. De hecho, al ver el documental, se puede apreciar cómo él tiene una constante actitud paranoica. Y si tratan de buscar algún rastro de él en Internet (redes sociales) será difícil encontrarlo. No se trata de otra cosa sino de la extensión en millones de tentáculos del Gran Hermano, con ayuda además de todas las grandes empresas en las cuales hemos depositados (en mayor o menor medida) toda nuestra vida pasada, presente y futura. Y si no saben a qué me refiero con “Gran Hermano”, les recomiendo que lean el libro 1984, escrito por George Orwell.

Lo que sí está claro, es que ya no se trata solo del imperialismo concreto, ese que invade militarmente y ejerce presión diplomática o económica para “torcer el brazo de los países”, como expresó el mismo Obama, sino que ahora también se trata de la vigilancia permanente y omnipotente sobre, prácticamente, todo ser humano sobre la faz de la Tierra. El fin de la privacidad, pues. 

¿Consejos? Busquen el documental, primero que nada. Por aquí les dejo un pequeño fragmento, porque el video completo no se consigue por vías regulares. 


También les dejo un dossier realizado por Russia Today, con diversas informaciones acerca de Snowden en este enlace http://bit.ly/1A3cCWz. Y por último, ya lo he dicho antes en otras columnas, “desconectarse” de la red es una decisión personal pero, sin duda, difícil de hacer en estos tiempos. Lo que sí se puede y debe hacer siempre es ser responsable y consciente con lo que se publica e intercambia en la Internet. Más que nunca aplica aquel dicho de que “las paredes tienen oídos”. Hasta la próxima Odisea Tecnológica.

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