Viaje Bueno - Nro.64
TENEMOS UN "ATLANTIS" EN TÁCHIRA
Quiero que Venezuela sea distinta. Quiero poder salir con mi familia a una posada y dormir tranquila. Quiero disfrutar de los tambores en el Malecón de Choroní sin andar pendiente de quien se cae a tiros. Quiero que mi hija Zoë crezca orgullosa de los paisajes de su país. Quiero que todos los que nacimos aquí podamos gozar esta tierra sin miedos. Quiero que los destinos tengan aire con olor a libre. Quiero todo esto y más.
Y como quiero eso montón de bondades y maravillas para este tricolor, me fajo domingo a domingo en mostrarle a ustedes lo tanto que tenemos. Somos afortunados.
Hoy me los llevo gratis a Táchira. Aquí verán a esa Venezuela antigua que conserva algunas estructuras y costumbres de aquel antaño precioso. Táchira posee lugares interesantísimos, lugares fascinantes que merecen la pena un paseo. Por eso me los llevo hoy a Pregonero.
Cuando lo conocí creí que era un sitio relajado, sin mucho que ofrecer y callado. Pero resultó ser un lugar armónico, con muchos tesoros y con mucha buena vibra. Lo primero que me llamó la atención fue su Centro Turístico La Trampa. Ellos le apuestan a las excursiones, los deportes extremos, la pesca, entre otros. Sumado a esto está la paz. Sí. Son la combinación perfecta de unas buenas vacaciones. Lo sé y lo gocé.
La Trampa, que le debe su nombre a la época de Gómez, es brutal. Les cuento: hubo un tiempo donde empezaron a anular las fábricas de licor ilegal, dicen que Pregonero fue uno de los escondites para los alambiques. Ahora, otros aseguran que según los persas (no sé cómo llegaron los persas a Pregonero) la palabra Trampa significa “jardín” y por eso se llama así. Lo importante es que La Trampa tiene una cantidad importante de actividades que la familia entera puede disfrutar. Como se pueden hospedar hasta mil personas, algunas veces preparan obras de teatros para que muchos de sus huéspedes participen como actores y el resto sean los felices espectadores.
El clima influye en que se puedan realizar los programas en el agua o la montaña, lo bueno es que siempre hará frío y la ropa debe ser adecuada. No hice pesca (no me gusta) pero sí practiqué buceo, hice senderismo y lo que más me gusto fue la acampada en la montaña. Esta gente de La Trampa sabe lo que hace y lo disfrutan con sus visitantes. Además siempre logran que uno se quede con ganas de que las vacaciones duren unos días más.
Contáctelos y pásenlo estupendamente. No hay desperdicios y toda la familia (sin importar la edad) encontrará algo que hacer y divertirse. Aquí los números: (0276) 3474663, (0416) 6769868, (0426) 5708971
Otro atractivo ALUCINANTE es la Atlantis de Venezuela, se llama Potosí y es asombroso.
Si creyeron que los únicos tesoros y misterios del agua los tenía el Mar Caribe, se pelaron. Potosí fue un pueblo que se inundó con un propósito: crear energía eléctrica a los pobladores de la zona. Destaco que Corpoelec tiene la responsabilidad actual de sus cuidados. No fue fácil, me dijo la Sra. Ignacia (que vivió de jovencita en Potosí). Para 1984 el gobierno tuvo que inventarse miles de estrategias para lograr que los pocos habitantes de Potosí consintieran a dejar sus casas por otras más modernas y mejor posición laboral. Y luego de que las calles de Potosí quedaran vacías, hicieron el proceso de anegación de tres ríos (Uribante, Negro y Puya). Les adjunto una fotico antiquísima de cómo era Potosí en sus tiempos mozos.
Actualmente y con mucha suerte de que el agua no esté turbia, se hacen paseos en lanchas para observar el pueblo desde la superficie. Hay aventureros y arriesgados que se sumergen a ver el pueblo con equipos profesionales para ver las calles empedradas y algunas que casas que aún se conservan.
Potosí, que era importante por su producción de café, es ahora un lugar fascinante de conocer. Y aunque el nivel de agua baja de vez en cuando (sobre todo en la ruda sequía de 2010) ver la puntica de la iglesia es estelar. Les recomiendo colocar este destino en sus próximos viajes.
Recuerden dejar todo el pueblo mejor de cómo lo consiguieron, los fantasmas de Potosí (según varias leyendas) se lo van a agradecer.
Viaje bueno.
Nota: Viajero, nada en este país mejorará si no empezamos con nuestros valores desde casa.
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