RDN Tecnología - Nro.9
TRINOS DE DOBLE FILO
Tardó tiempo en forjarse un puesto en el olimpo de Internet, aunque no mucho. La empresa del pequeño pájaro azul, mejor conocida como Twitter, el 21 de marzo de 2006 fue lanzada al ruedo de la red de redes por Jack Dorsey y sus asociados. Ocho años después cuenta con más de 500 millones de usuarios, genera cerca de 65 millones de tuits al día (trinos en español) y recibe 800 mil peticiones de búsquedas diarias.
Twitter o “trinador”, hace referencia al cantar de esa ahora célebre pequeña ave azul, que bautiza con su cantar los microblogs de 140 caracteres que sus usuarios comparten en esta llamara red social. Sus primeros nombres fueron Status (como sitio fue Stat.us) y luego Twitch (tic), en referencia al ruido de los celulares al vibrar. Finalmente se orientó a “twittr”, siguiendo los pasos de la red Flickr. Uno de los socios de la naciente empresa la bautizó así porque se trataba de “una corta ráfaga de información intrascendente”, algo tan rápido como el trino de un ave. Como un tuit (twitt), pues. Así, junto a Facebook tres años antes, impulsó la llamada era 2.0 de la Internet.
Twitter, entre las llamadas redes sociales, juega un papel fundamental en el desenvolvimiento de los usuarios en la web y nuestra Odisea Tecnológica hoy quiere pasearse por ahí. Ya presenté algunas cifras, pero para graficarlo voy a hablarles rápidamente de otras cifras: en su sitio web, esta red posee el mayor porcentaje de crecimiento de visitas con un 1328%, pasando de 475 mil en 2008 a 7 millones de visitas solo un año después. Hasta agosto de 2014 había generado ganancias cercanas a 232 millones de dólares y en febrero de 2008 el español fue el primero idioma a la que fue traducida exitosamente. Existe actualmente en 33 idiomas como el euskara (país vasco), catalán, chino (tradicional y simplificado), persa y árabe, entre otros.
Finalmente, como es su cuna, Estados Unidos es el país con mayor cantidad de usuarios en el mundo, con 107,7 millones de usuarios. Venezuela destaca entre los primeros 20 puestos con más de 5 millones de usuarios.
En 2009 una consultora de opinión internacional analizó los tuits en inglés durante un período determinado y descubrió que el 40% de los tuits generados pertenecían a conversaciones sin trascendencia y 38% a conversaciones entre usuarios (78%) y solo 4% a noticias.

¿Y qué tiene de malo poder expresar libremente lo que se siente? Nada, tal vez dirían los entusiastas de la “libertad” de expresión infinita, aséptica y aparentemente neutral. Pero hay quienes comparten en las redes su vida personal, sus vicisitudes emocionales o sentimentales o tal vez cosas tan, aparentemente, banales como el lugar donde se están comiendo una pizza. Lo decimos siempre en la Odisea Tecnológica, la tecnología es maravillosa, pero debemos saber hasta qué punto limitar su uso.
En Venezuela, que nos es ajena a los trending topics (temas tendencia a cualquier nivel) esta red se ha convertido en centro de estafas, insultos, persecuciones y linchamientos morales. Y esto aplica dentro de nuestra realidad política hasta la más personal. Personas que dilapidan a un personaje en vida o muerte (como ocurrió con Hugo Chávez o Robert Serra, por ejemplo), que “matan” a alguien por mera necesidad de ganar atención (como ocurrió numerosas veces con Simón Díaz) o que han sido víctimas de persecuciones porque les gusta decir dónde están en un momento determinado.
La gente, en twitter, tiende a decir: “si no te gusta lo que escribo no me sigas”. Y es cierto, para bien y para mal, podemos escribir lo que se nos venga en gana. Pero también es cierto, e innegable, que somos y debemos hacernos responsables de lo que escribimos. Desde lo que revelamos de uno de nuestros bienes más preciados, nuestra privacidad, hasta el insulto que queramos dirigir a alguien o a algo. Estemos conscientes de lo que vamos a escribir en nuestra cuenta y de las consecuencias que va a traer, y luego, cuando sepamos bien qué puede ocurrir, tuiteemos. Ser responsables nos permitirá manejar de manera más óptima nuestras redes. Y, por cierto, pueden seguirnos en @tecnodisea. Hasta la próxima Odisea Tecnológica.
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