RDN Destinos - Nro.47
VENEZUELA SEGURA
Todos los domingos, desde que llegué a Resumen de Noticias, me dedico a regalar un destino ideal, un comentario desenfadado o una anécdota personal vivida en un rincón venezolano. No trato ser Valentina Quintero, que por cierto es una de las mujeres venezolanas que más admiro después de mi mamá, no trato de obligar o convencer a nadie. Sólo trato de compartir.
Pero con todo esto que está pasando no puedo invitarlos a conocer un punto en específico, por el contrario, hoy voy a invitarlos a rescatar un país. Ese el mejor destino que puedo relatar hoy.
Quien nació “vinotinto” sabe que Venezuela es más que uno de los mejores himnos del mundo, es más que una selva poderosa, es más que una bandera que ahora hasta en trajes baños se lleva orgullosamente. Venezuela es un todo con un pocotón más. Venezuela es too much.
Que divino es nuestro país. Mi papá no nació aquí, él vino solo a trabajar y se quedó con familia, con ganas, con futuro. Mi padrino tampoco era de aquí. Viajó un tiempo en barco para llegar y se quedó hasta su último respiro, y dejó hasta nietos. En fin, yo creo que en la mayoría de las familias que viven en esta tierra tiene un extranjero en el árbol genealógico, algunas hasta dos. Y si es así es porque Venezuela es tan hermosa que hace que los que la conocen se instalen a ser felices.
Aunque no me caigo cuentos, la delincuencia nos ha lanzado a la lista de los países más inseguros del planeta. Pero yo creo en que somos la misma gente, creo en que nosotros queremos caminar por la calle del medio con propósito y contenido. Creo que todos queremos Venezuela nueva, no la normal, la anterior, la de siempre, no. Queremos la Venezuela próspera y segura.
Entonces, no dejemos de lado el mejor destino del mundo. No permitamos que los saboteadores, que los vándalos, que los sombríos nos jodan el país.
Luchemos con inteligencia. Cero gritos, cero bombas, cero tiros. Venezuela quiere un supermercado lleno de comida para todos, no un almacén lleno de balas. Si podemos.
No señalemos al otro, revisémonos para ver si nosotros no somos los mismos que queman basura, los mismos que disparan a escondidas, que golpean a otro. Es cuestión de sentido común. Un destino se hace grande cuando su gente lo es. Y nosotros lo somos. Créanlo.
Que este viaje que no pagamos al entrar sea bueno, fructífero y sólido. Les agradezco de aquí a la Península de Paria que respeten la decisión de pensar y sentir distinto, todos los gobiernos tendrán afectos y contrarios. Además, los turistas vendrán por la comida, por los paisajes, por los verdes, por los azules, por las plazas, no por la basura y el odio regado en las calles.
Le apuesto a los jóvenes con ideas propias y claras. A los estudiantes que buscan hacer carrera en su nación. A todo aquel que construya y sume.
Viajeros, recuerden dejar todas las esquinas mejor de cómo las consiguieron, los chamos venezolanos se los agradecerán.
Viaje bueno.
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