RDN Vida - Nro.4
¿DE DÓNDE VIENE LA FUERZA?
Sé que es un pregunta un poco estúpida, se supone que si te ejercitas y te alimentas bien, fortaleces tus músculos y aumentas tu capacidad física para levantar peso, correr, etc, etc. Pero lean el cuento que me llevó a hacerme esa pregunta...
Regresaba a mi casa de uno de esos días agotadores y al salir de la estación del metro me doy cuenta que la escalera mecánica está dañada; así que ni modo, una raya más pa' un tigre, como dicen por ahí. Unos cuantos escalones más arriba, casi llegando al primer descanso de la escalera, veo a una señora mayor, parecía que pudiera ser mi bisabuela, no sólo luchando para subir su cuerpecito achicado y enflaquecido por los años y la mala alimentación, sino también tratando de subir una bolsa grandísima.
Todos le pasaban por el lado y nadie se detenía a ayudarla. Pues vengo yo, toda oronda, tratando de hacer mi buena acción del día, me le acerco con mi actitud de boy scout siempre dispuesto y le ofrezco mi ayuda. La señora me responde: "No mija, esa bolsa pesa mucho. No se preocupe que yo la subo poco a poco". ¿Se imaginan? La señora más chiquita y más flaquita que yo... ¡y me dice que esa bolsa es muy pesada para mí! Le insisto y le insisto hasta que me deja agarrar la bolsa.
Yo creo que las risas de la señora se escucharon en toda la estación y hasta en la calle escaleras arriba, es más creo que es justamente por eso que no se me olvida este episodio. ¿Pueden creer que pude levantar la bendita bolsa? "¡Abuela! ¿Y qué lleva usted aquí? ¿piedras?" le solté sin reparo. Y esa señora risa y risa. Logro montarme el parapeto en la espalda para poder subir mejor y empezamos el ascenso. Me cuenta que son cocos, porque ella hace dulces para vender. ¡Y yo que ODIO el coco! Evidentemente después de este episodio lo odio más.
Llegamos a la calle y a la abuela le tocaba tomar una camioneta (autobus) para llegar a su casa. La dejo en la parada y sigo mi camino no sólo más cansada sino con la mano y la espalda magullada por los cocos.
En ese momento me pregunté, ¿de dónde sacará fuerza esa señora? Porque sí, le costaba subir la bolsa por las escaleras, pero créanme a mi me costó más. ¿De dónde?.. Todavía me lo pregunto, y la verdad no creo que ninguna respuesta alcance para describir su verdadero origen; pero también creo que las personas que pasan por nuestra vida dejando preguntas son tan importantes como las que nos dan respuestas ¿ustedes qué piensan?
¿Se han encontrado con personas así? Cuéntenme por [email protected]
¡Hasta el próximo cuento!
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